¿Qué hacer después de comulgar?
Cuando estudiaba teología se nos decía que después de comulgar, el Santísimo Sacramento tarda como unos quince minutos en disolverse en nuestro cuerpo. Por ello, se nos recomendaba estar por lo menos unos quince minutos recogidos en oración para darle gracias a Jesús de haberle recibido en la Sagrada Comunión.
Durante estos quince minutos podemos hacer nuestra acción de gracias siguiendo los siguientes puntos de meditación:
Jesús nos invita a comulgar
Muchas veces perdemos de perspectiva que si comulgamos es el mismo Jesús quien lo quiere. Sí, fuimos nosotros quienes nos preparamos para ir a Misa, fuimos a la Iglesia en coche o a pie y estuvimos presente en la Eucaristía. Pero es el mismo Jesús quien nos invita y nos mueve a que vayamos. Es Él quien quiere que estemos con Él. No es por nuestros propios méritos. No es porque seamos ricos, guapos o inteligentes. Simplemente Él lo quiere y punto.
Preludio del Cielo
Cuando comulgamos estamos recibiendo a Jesús, con su Cuerpo y su Sangre, con su Alma y Divinidad. Es decir estamos con Dios, no simplemente junto a Dios. Dios está dentro de nosotros. En otras palabras, estamos en un “mini cielo” en la tierra. La comunión es nuestro preludio al cielo. Estos quince minutos son como si hubiéramos entrado por un pequeño tiempo en el cielo.
Es una conversación con Jesús
Después de comulgar, estamos con Jesús. Este es un gran momento para conversar con Él. ¿De qué? Podemos darle gracias por todas las cosas que nos ha dado, tanto materiales como espirituales; por nuestra familia, nuestro hogar, nuestro trabajo, por aquel favor que nos hizo. Podemos pedirle su gracia para que nos de fuerzas para seguir nuestro camino, fuerza ante los problemas que tengamos que afrontar. Podemos pedirle perdón por nuestros pecados y sobre todo las gracias necesarias para evitarlos. Podemos pedirle por nuestras necesidades tanto espirituales como materiales, así como por las necesidades de nuestros familiares y amigos.
Si no sabemos qué decir durante estos quince minutos, podemos usar oraciones que santos han escrito. Aconsejo mucho tres oraciones: el Adoro Devote, el Tantum Ergo y la oración de Santo Tomás de Aquino para después de la Comunión. Hay muchos devocionarios que tiene estas oraciones, así como otras que nos pueden beneficiar.
Ayudas prácticas
Mi esposa y yo nos hemos acostumbrado a sentarnos en los primeros bancos de la Iglesia. Lo hacemos ya que la Iglesia es grande y mucha gente va a comulgar. Así si comulgamos de entre los primeros, podemos tener todo el tiempo que dura la distribución de la comunión para hacer nuestro rato de acción de gracias.
También, nos da mucha pena ver cómo muchos de los que comulgan, tan pronto reciben a Jesús Eucaristía, salen por las puertas de la Iglesia. Parece ser más importante evitar la cogestión que se forma en el estacionamiento, que estar a solas con Jesús. Debemos concientizarnos que la Santa Misa no termina con la Comunión.
No comulgar en pecado mortal
Por último, el comulgar no es un derecho adquirido. Nunca, bajo ninguna circunstancia, debemos acercarnos a la comunión si estamos conscientes de algún pecado mortal. Si lo estamos, corramos al sacramento de la Reconciliación o Confesión.
Son quince minutos en los que estamos con Jesús. Quince minutos en los que el mundo a nuestro alrededor debe detenerse… pues estamos a solas con Jesús que nos ama.