¿Cómo hacer oración? – La oración cristiana es intensamente personal
Continuamos la serie de artículos sobre la oración basados en el libro “The Better Part: A Christ-Centered resource for Personal Prayer” de John Bartunek.
La oración cristiana es intensamente personal
Sin embargo, la oración cristiana es, también, intensamente personal. La amistad que Dios ha querido contigo es única, porque tú eres único. Cristo no es un concepto abstracto; Él es una persona real. Tu amistad con Él va ser diferente a mi amistad con Él, porque tus experiencias en la vida, tu personalidad, tus problemas, tus talentos, tus preocupaciones y sueños son diferentes a los míos; y todo eso entra como parte de la amistad.
En la oración, el Buen Pastor llama a cada una de sus ovejas: “…llama a las ovejas propias por su nombre y las saca fuera. Cuando las ha sacado todas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz” (Jn. 10, 3-4).
La oración es Cristo hablando a ti en tu corazón; es Él revelándose a si mismo a ti de acuerdo con lo que Él conoce que necesitas descubrir, conocer y ver. Al mismo tiempo, la oración es tu escucha atenta a eso que Él revela; es tu respuesta a lo que Él revela; y es dar tu total confianza a Él, al revelar tu corazón de manera recíproca al presentarle tus necesidades, esperanzas y deseos.
En este misterioso y hermoso intercambio, el Espíritu Santo es el puente entre el corazón de Cristo y el tuyo: “Pues nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos los dones que Dios nos ha concedido” (1 Cor 2, 12). El Espíritu Santo te guía, desde adentro, a los brazos de Cristo, el Buen Pastor en tu alma.
Si quieres continuar descubriendo y siguiendo ese camino que Dios tiene en tu vida, esta oración intensamente personal es necesaria en tu vida espiritual. Mientras estés en este mundo, Dios siempre tiene algo que revelarte y enseñarte; el tiene algo que quiere hacer en tu alma, para poder así convertirte en esa obra maestra que había pensado al momento de crearte. Él, también, tiene otras obras que quiere que hagas por Él; obras que darán frutos por toda la eternidad para su gloria y para tu alegría temporal y eterna. Sin embargo, todo esto requiere que tú te acerques a Él; y sin una profunda y personal vida de oración, simplemente no podrás lograrlo.