Lo que sucede después de la muerte
Me preguntaron los otros días sobre qué sucede después de la muerte. Así que tuve que buscar el Catecismo de la Iglesia Católica para refrescar algunos detalles durante la conversación. Los números 1005, 1021 y 1022 del Catecismo me llamaron mucho la atención. Así que los trataré de explicar brevemente a continuación.
La muerte como separación del alma y cuerpo
Cada ser humano fue creado como alma y cuerpo. El hombre no fue creado como un alma que tiene un cuerpo, como si tuviera un traje; ni como un cuerpo que tiene un alma, como un globo que contiene aire. El hombre es una unidad de alma y cuerpo.
Como resultado del pecado de Adán, el ser humano sufre la muerte. Con la muerte se pierde esa unidad entre el alma y el cuerpo. El alma se separa del cuerpo (CIC 1005). El cuerpo será enterrado. Pero el alma irá a un juicio, llamado Juicio Particular. No será hasta la resurrección de los muertos, que el alma volverá a encontrarse con su cuerpo; no como el cuerpo que tenemos en este mundo, lleno de enfermedades y achaques, sino con nuestro cuerpo glorificado.
Sobre el Juicio Particular
Al momento de la muerte, nuestra alma, que es inmortal, enfrentará un juicio. En este juicio, también llamado Juicio Particular, se nos presentarán ante nosotros todas las obras hechas durante nuestra vida terrena. Veremos cuan grande fué nuestra fe. Y sobre todo en cuanto hemos amado a Dios (CIC 1021).
Como resultado de este Juicio Particular solo podemos ir a tres “lugares”: a la bienaventuranza del Cielo con Cristo, al Purgatorio, si estamos en gracia de Dios y necesitamos purificarnos, o a la condenación eterna en el Infierno (CIC 1022).
Por lo tanto, lo más importante en esta vida terrenal es vivir en el amor de Cristo, procurando cada uno ser santos. Así nuestra muerte no será un evento traumático, y nuestro Juicio Particular será un momento de felicidad, pues sabremos que iremos con Cristo al Cielo.