Cuándo orar, según San Basilio Magno
Este Padre de la Iglesia tiene un profundo consejo acerca de la oración
San Basilio fue el obispo de Cesarea (actual Turquía) durante el siglo IV. Hizo grandes contribuciones a la primitiva Iglesia, en especial a lo relacionado a la vida religiosa como por ejemplo la “Regla de San Basilio”.
San Basilio pasó mucho de su tiempo haciendo oración y su experiencia la transmitió a los monjes que tenía cargo. San Basilio explica a sus monjes, en uno de sus escritos, cuándo orar de la siguiente manera:
Cuando te sientes a comer, ora. Cuando comas pan, hazlo dando gracias a Aquél que ha sido generoso contigo. Si bebes vino, ten en cuenta a Aquél que te lo ha dado para tu placer y como remedio para la enfermedad. Cuando te vistas, dale gracias a Aquél que por su bondad te ha dado con qué vestirte. Cuando mires al cielo y veas la belleza de las estrellas, póstrate a los pies de Dios y adórale, porque en su sabiduría ha ordenado todas las cosa de esa manera. Igualmente, cuando el sol caiga o se levante, cuando estes dormido o despierto, dad gracias a Dios, que ha creado y ordenado todas las cosas para tu beneficio, para que conozcas, ames y alabes a su Creador.
Estas instrucciones no son solo para los religiosos, sino que se aplican a todos, sin importar su estado de vida.
Este consejo hace eco del pasaje del libro de Tesalonicenses : “Estad siempre alegres y orad sin cesar. Dad gracias por todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:16-18).
Debemos, en cada momento, alabar a Dios por sus maravillas y darle gracias por todas las bendiciones que nos ha derramado. Cada oración de acción de gracias no debería ser nada formal, ni larga; eso sí, debería salir del corazón. Cuando lo hacemos así, nos abrimos a la Providencia Divina y miramos el mundo que nos rodea con una nueva luz.
Dios esta en nosotros. Si mantenemos este espíritu de oración durante el día, empezaremos a darnos cuenta lo cercano que Él está en todo lo que hacemos.
Traducción libre de Aleteia.
Foto por Mateus Campos Felipe en Unsplash