¿Cuál es el sentido de tu vida?
El ser humano fue creado por Dios y para Dios (CIC 27). Tu y yo fuimos creados por Dios, por amor, porque le dio la gana y le dio la gana por amor. Y fuimos creados no para dejarnos tirados en el planeta Tierra y sobrevivir, sino para amarle, con todo nuestro ser y con toda nuestra alma.
Esta es nuestra principal vocación, amar a Dios, buscarle, encontrarle y vivir íntimamente con Él. Si no entendemos esto, nuestra vida no tiene sentido. Fuimos creados por Él y para Él. Nuestra vida, aquí en la Tierra es un continuo buscarle y amarle. Si no tenemos a Dios como parte de nuestras vidas, nuestra existencia no tiene razón de ser.
¿No te has dado cuenta de que el ser humano es un ser religioso? Mira cuantos tipos de religiones hay en el mundo. Cada una buscando a su manera lo que ellos creen que es su dios o dioses. ¿Por qué? Porque el hombre es un ser religioso por naturaleza (CIC 28), porque en su interior esta escrito de dónde viene (de Dios) y hacia dónde debe ir (hacia Dios).
Se ha dicho que la religión es una falsedad, un opio, que es el engaño de las gentes, que hace que el hombre no progrese. Me pregunto, ¿no será que los que dicen esto no comprenden su origen y su finalidad en este mundo? o simplemente, ¿le tienen miedo a aceptar que Dios es su principio y su finalidad, y ser consecuentes con ello les llevaría a cambiar de vida, de una vida que no quieren cambiar o que tienen miedo de cambiar?
Esto se debe al pecado. Dios nos creo por Él y para Él, pero el pecado a herido nuestro ser y no vemos claro nuestro sentido de la vida. Perdemos de perspectiva, que fuimos creados por Él o que debemos ir a Él. Casi siempre perdemos esta segunda perspectiva, porque el diablo quiere hacerle daño a Dios, haciendo que sus criaturas más amadas no vuelvan a Él, sino que le olviden. El problema está en que el diablo se le olvida que Dios nunca se olvida del hombre (CIC 30).
Dios te buscará siempre, pero te dejará libre para tomar cualquier decisión. El quiere que le amemos por amor, con libertad, no a la fuerza ni imponiéndose.
San Agustín decía:
nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti (Confesiones 1, 1, 1).
Si nuestro corazón está inquieto es porque su único anhelo es Dios, está inquieto porque solo se llena con el amor de Dios. Nos queda a nosotros buscar a Dios, amar a Dios. Buscarle para llenar esas ansias de nuestro corazón.