Las Jaculatorias – El secreto para orar en todo momento
¿Qué son las Jaculatorias?
Las jaculatorias son oraciones breves y fervorosas que se hacen a Dios, a Jesús, al Espíritu Santo, a la Santísima Virgen o a algún santo. La palabra jaculatoria viene del latín iaculatorius, que significa “lanzar al cielo”, por lo que cada jaculatoria es una oración breve lanzada al cielo.
Las jaculatorias son necesarias en nuestra vida espiritual ya que nos ayudan a orar en todo momento, a mantener la presencia de Dios durante el día y con ellas podemos ganar alguna indulgencia parcial.
Orar en todo momento
Jesús nos pidió que velácemos orando en todo tiempo (Lc. 21, 36). Él nos dió a entender cuan insistentes debemos ser en la oración cuando nos relató la parábola del juez injusto y de la viuda (Lc. 18, 1-8). Los primeros cristianos siguieron este mandato pues perseveraban en la oración continuamente (Hch. 2, 42). San Pablo, por su parte, nos pide orar sin cesar (1 Tes. 5, 17), “perseverar en la oración” (Col. 4,2), estar “orando en todo tiempo en el Espíritu con toda clase de oraciones y súplicas” (Ef. 6, 18), y ser “constantes en la oración” (Rm. 12,12).
Es parte del cristiano la oración constante, la oración hecha en todo momento. Es un mandato de nuestro Señor Jesucristo. Era algo vivido por los Apóstoles y los primeros cristianos. El problema que tenemos con este mandato es cómo poder cumplirlo cuando estamos ocupados en nuestro trabajo diario, en nuestras relaciones con la familia, amigos y colegas. Las jaculatorias al ser oraciones breves nos ayudan a mantenernos orando durante el día
Mantener la presencia de Dios
Si las jaculatorias nos ayudan a orar sin cesar, en todo momento, nos ayudan también a mantenernos en la presencia de Dios. Si oramos, oramos a Dios. Si oramos a Dios es porque estamos en la presencia continua de Dios. San Josemaría Escrivá nos dice “Ten presencia de Dios y tendrás vida sobrenatural” (Camino 278).
Ganar indulgencia parcial
Las jaculatorias nos ayudan a obtener alguna que otra indulgencia parcial. En el manual sobre las indulgencias se dice que “se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, en el cumplimiento de sus obligaciones y en el sufrimiento de las dificultades de la vida, eleva su alma a Dios con humilde confianza, añadiendo – aunque sea mentalmente – alguna piadosa invocación” (Enchiridium Indulgentiarum, Primera Concesion General).
¿Cómo hacer las jaculatorias?
Para hacer una jaculatoria es necesario que tenga sentido y que sea un verdadero clamor hacia Dios. Esta breve oración o invocación debe llevarnos a pensar en Dios o en la Santísima Virgen, o en algún santo. No es decir una invocación, por decirla.
Por ejemplo, una jaculatoria podría ser “Jesús, ten misericordia de mí”. Tendría sentido decirla cuando estamos esperando en la fila del confesionario. Otra sería: “Por tu cruz y túuresurreción nos has salvado, Señor”, la cual podría decirse al momento de sentirnos cansados del trabajo diario y debamos continuar con el mismo. Otras veces un “Gracias, Dios mío” basta como jaculatoria.
¿Dónde encontrar jaculatorias para nuestro uso?
Muchas veces las jaculatorias podrían sacarse de las Sagradas Escrituras, en especial de los Salmos o de los Evangelios.
Algunas jaculatorias sacadas de los salmos puede ser: “Dios mío ven en mi auxilio” (Salmo 69), o “Lava del todo mi delito, limpia mi pecado” (Salmo 50)
Las jaculatorias sacadas del Evangelio tienen aún más sentido, pues son parte de los mismos diálogos que la gente tuvo con Jesús. Una de las más bonitas jaculatorias son las palabras de San Pedro a Jesús luego de su Resurrección: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo” (Jn. 21, 17). Podemos decir: “Señor, si quieres, puedes limpiarme” (Mt. 8, 2) y así muchas otras.
Podemos descubrir otras jaculatorias que vienen de la piedad popular, como por ejemplo “Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía”, o “Ave María Purísima”.
Es mucho lo que nos dan estas breves oraciones; oración constante, presencia de Dios, petición a Dios, acciones de gracias, etc. Las jaculatorias pueden ser parte de nuestra vida y podemos obtener grandes tesoros en nuestras almas, si las practicásemos. Para Santa Teresa de Jesús fueron muy importantes, ella en su autobiografía nos dice: “Acaecíamos estar muchos ratos tratando de esto y gustábamos de decir muchas veces: ¡Para siempre, siempre, siempre! En pronunciar esto mucho rato era el Señor servido me quedase en esta niñez impreso el camino de la verdad” (Vida, 1, 5).
¿En qué parte de la penitenciaria o en qué documento se enlistan las jaculatorias indulgenciadas?